La celebración de la festividad del Carmen, el 16 de julio de 1946
La evocación histórica de la fecha, la destinaremos a recordar, la celebración de la festividad, en honor de la Virgen Nuestra Señora del Carmen, llevada a cabo, el martes 16 de julio de 1946, durante cuyo transcurso, se procedió a la correspondiente colocación, de la “piedra fundamental”, del actual templo; el cual, comenzó a construirse, a principios del mes de septiembre, de 1946, y después, de unos tres años, de sostenida e infatigable labor realizadora, hubo de inaugurarse, el 22 de octubre de 1949, dentro del programa de actos conmemorativos, del 95 aniversario, de la fundación de nuestra ciudad, con la presencia del entonces gobernador de la provincia de Buenos Aires, coronel Domingo A. Mercante. Dicha festividad, se inició, en horas de la mañana, con el oficio de varias misas. En una de aquellas ceremonias litúrgicas, el presbítero Delfino A. Nicola, sacerdote de la parroquia Apóstol San Pedro, ofreció una homilía alusiva, con el panegírico o discurso de alabanza, dedicado a la Virgen del Carmelo. A las 13. 45, finalizaron los ritos, de la devota “Novena” de la Virgen, y posteriormente, se desarrolló la procesión, con una muy significativa concurrencia de fieles; recorriendo las calles de Chivilcoy, y atravesando – dentro de su recorrido -, frente a la iglesia de Nuestra Señora del Rosario. Poco después, a la hora 16, se efectuó la ceremonia de colocación, de la “piedra fundamental”, del futuro templo del Carmen, que dio comienzo, con la entonación de las estrofas del Himno Nacional Argentino. Estuvieron presentes, autoridades civiles y eclesiásticas, dignatarios religiosos, representantes de diversas instituciones locales y, público, en general. El presbítero Agustín García, viceprovincial de la Orden Agustina, en nuestro país, hubo de bendecir la “piedra fundamental”, depositándose en el lugar, un pergamino, firmado por los concurrentes. Luego, usaron de la palabra, el presbítero Gabriel Riesco, en representación de los sacerdotes agustinos; el Dr. Francisco José Falabella, en nombre de la Comisión Pro – Templo; Don Generoso Fernando Falivene, por la Comisión de Festejos, y el presbítero Feliciano J. González, titular de la parroquia Nuestra Señora del Carmen. En la mencionada ceremonia, oficiaron como madrinas: María Montes de Oca de Prata, Josefa B. de Grisolía, Adelina D. de Grisolía, María Celia Moras de Dagorret, María Cruz Iriarte de Vásquez, María Laurencena de Bellotti, María Magdalena Liciaga, Camila Ayarza y Rosa Maradei; y fueron padrinos: el entonces comisionado municipal, Don Juan Martín Dagorret, Don Nicolás Grisolía, el Dr. Miguel A. Rizzi, Don Simón Vásquez, Don Nicolás Iriarte, a quien representó, Don Edmundo Vaccari, el Dr. Francisco José Falabella, el Dr. Dardo Ibáñez Bustos, Don Nicolás Médici y Don José Maradei. El Acta notarial, de la mencionada ceremonia, fue redactada, por el escribano nacional, Víctor Hugo Costanzo. En horas de la noche, cerrando la festividad, hubieron de encenderse, los clásicos y luminosos fuegos artificiales, ante una multitudinaria asistencia de público. En los diversos actos de la fiesta, participó la banda municipal, que ejecutó distintas composiciones musicales, de su repertorio. La crónica periodística de la época, bajo el título “Adquirieron gran lucimiento, las Fiestas Patronales de Nuestra Señora del Carmen – Se realizó la ceremonia de colocación de la piedra fundamental del nuevo templo -, puntualizaba que: “Se cumplieron, con el mayor lucimiento, las diversas partes, del programa de fiestas patronales de Nuestra Señora del Carmen. En general, el desarrollo de la festividad, tuvo una gran brillo y relevancia, destacándose en esta oportunidad, el acto de colocación de la piedra fundamental, por su significación, en la marcha y en la obra cristiana de la Parroquia”.
Vieja Fiesta del Carmen, por el procurador Carlos Armando Costanzo, fundador y director – organizador del Archivo Literario Municipal y el Salón del Periodismo Chivilcoyano.
Vieja Fiesta del Carmen, rica historia, de la fe popular chivilcoyana, cuya gran devoción, casi lejana, permanece en el alma y la memoria. Un camino de larga trayectoria, todo un clima de dicha ciudadana; la Parroquia, la banda, la campana, y la Virgen Patrona, con su gloria… Banderines, alegre colorido, procesión del espíritu sentido, bombas, fuegos, profunda algarabía… Vieja Fiesta del Carmen, imborrable, fiel postal, de un ayer inolvidable, tradición que perdura, todavía.
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