Reflexión lunfarda: El país de la quiebra moral y el más de lo mismo…
Sin duda alguna, los argentinos, asistimos hoy, a un horrendo y espantoso proceso, de gigantesca y abrumadora quiebra, bancarrota o ruina moral, del país y de la sociedad, que no ofrece, por el momento, ninguna alternativa, de reversión o posible recuperación. La quiebra moral, del país y de la sociedad, del más de lo mismo, donde no cambia nada, nunca pasa nada, todo queda en la nada, siempre se habla mucho de lo mismo, todos son iguales, todo da lo mismo y, todo termina, inexorablemente siendo, más de lo mismo… La quiebra moral, del país, trucho y berreta, atado con alambre; el país del chanterío, la improvisación, el curro, el afano, las maniobras y operaciones de corrupción, la notorias injusticias y el enriquecimiento ilícito; el país, en el que, infortunadamente, hay gente que se hace rica, sin trabajar, y muy por el contrario, de un modo inevitable, siempre pierde y se perjudica, la persona buena, honrada y laboriosa que trabaja, víctima inocente de las crisis financieras, los ajustes económicos, los recortes presupuestarios y, las cargas y presiones impositivas. La quiebra moral del país, donde toda da lo mismo: un hombre honesto o un vulgar delincuente, por la pérdida categórica y absoluta, de los principios éticos y los valores morales, humanos y espirituales, de cada individuo… La quiebra moral del país, sin premios ni castigos, en el que imperan, la completa desconfianza, el descreimiento, el malestar, el descontento, la frustración, la desazón y la total desesperanza… La quiebra moral del país, de la nivelación hacia abajo – particularmente, en materia educativa -, la desigualdad, el egoísmo, la falsa y mentida apariencia, la hipocresía, las frivolidades y la eterna pavada… La quiebra moral del país que, acaso, sin pensarlo o ser advertido, por muchos, lamentablemente se transformó, en un territorio liberado, de chantas, chorros, buscones, bolaseros, pillos, farabutes y maleantes… La quiebra moral de un país, que ha tocado fondo, y está en las profundidades, del mar de los errores y fracasos… La quiebra moral del país, donde no existe – en especial, desde los altos círculos y esferas -, la menor intención o el más mínimo propósito, de cambiar nada (Entre bomberos, no se van a estar pisando la manguera, o como clara y sabiamente afirmaba, el general Juan Domingo Perón: “No nos vamos a adivinar la suerte, entre gitanos”). Hoy, más que nunca, necesitamos recobrar los principios y valores, la conciencia del bien y del mal y, la sagrada cultura del trabajo, el esfuerzo, el estudio, la educación y la enseñanza. ¿Existe un modo de emerger y superar, esta quiebra moral, que nos aqueja? Sí, por supuesto: El único camino, de la Educación, la Honradez y el Trabajo. Sin educación, honestidad, trabajo, estudio, actividad productiva, bienestar colectivo y justicia, no hay, para el país, futuro, ni tampoco, el menor destino… Seguiremos, entonces, por los siglos de los siglos, sumidos y sumergidos, en esta pavorosa quiebra moral, que nos devora, nos destruye y nos aniquila… Atrapados y sin ninguna salida… No podemos aguardar, resultados distintos, haciendo siempre lo mismo; para que triunfe el mal, sólo se necesita que los buenos no hagan nada, a fin de impedirlo, y los Hombres, como los árboles, se conocen y aprecian, por sus propios frutos…
La quiebra moral, por el procurador Carlos Armando Costanzo, fundador y director organizador del Archivo Literario Municipal y el Salón del Periodismo Chivilcoyano, y miembro correspondiente, de la Academia de Folklore de la Provincia de Buenos Aires y la Academia Porteña del Lunfardo.
Che, gilún, nos quedamos en la vía, se nos fueron al bombo, los valores; se piantó la honradez – minga de flores -, nos chapó, la maldita fulería. Che, gilún, nos copó la porquería, y debemos bancarnos, los dolores, la malaria, los tristes sinsabores, y el mistongo bajón, de cada día… Sólo importan, el tongo y la cometa, la ambición de la guita, en la croqueta, mucha bronca, y el grupo, liso y llano… Y aquí estamos, chitrulo, siempre en yanta, junto al chorro bacán, el tipo chanta, la injusticia, los curros y el afano. Es la quiebra moral, de un tiempo obscuro, en la lona, forfai y sin confianza… Quiera Dios, que volvamos al laburo, la decencia, el amor y la esperanza.