Reflexión lunfarda: La Argentina sin salida…
Infortunadamente, vivimos inmersos, en el tremendo y penoso contexto, de una «Argentina sin salida»; la Argentina, de la «Patria financiera», donde hay gente, que se ha hecho y se hace rica, mediante maniobras de corrupción, negociados espurios, especulaciones bursátiles y cambiarías y la «plata dulce y fácil», y contrariamente, siempre pierde, se perjudica, y hasta se funde, en el plano económico, la persona buena, honrada y laboriosa, que trabaja… Sólo existe, un rumbo posible: La Patria del trabajo, las actividades productivas, el esfuerzo, el estudio, la enseñanza y el bienestar colectivo, de la ciudadanía, y las clases obreras y populares. El único camino, es la Educación, la honradez y el trabajo… Necesitamos, principios y valores morales, y ejemplos, aleccionadores y edificantes, de conducta y de vida. Sin valores y sin buenos ejemplos, la Argentina, no tiene salida, ni tampoco, ningún futuro destino…
En el difícil y tan complejo momento actual, que atravesamos, suele escucharse, la reiterada y alarmante expresión: “La Argentina, no tiene salida”, queriendo significar con ello, que el país carece, de posibilidades, reales y concretas, de positiva y auspiciosa recuperación, en el presente; como así también, de un panorama promisorio y halagüeño, y de un horizonte feliz y venturoso, respecto del porvenir y los tiempos futuros. Sin dudas, somos muchos los argentinos, que pensamos y reflexionamos, de esa manera, ante la notoria y manifiesta ausencia, de verdaderos y efectivos cambios; la falta de ideales, pensamientos, proyectos, iniciativas y expectativas; las constantes y repetidas frustraciones, la idéntica historia, ya vivida; la desilusión, el desencanto, el profundo desaliento, la carencia de buenos resultados y, la total desesperanza… “La Argentina, no tiene salida”, dentro del grave y penoso contexto, del “país del más de lo mismo”, donde no cambia nada, nunca pasa nada, todo queda en la nada, siempre se habla mucho, de lo mismo, todos son iguales, todo da lo mismo, y todo termina, inevitablemente siendo, más de lo mismo…; el país, trucho y berreta, atado con alambre; el país de la corrupción, el chanterío, los múltiples curros y afanos, la improvisación, el bolazo, las promesas incumplidas, las falsas apariencias, las injusticias, las broncas y rencores, el egoísmo, la indiferencia, la frivolidad y la pavada…; el país, del “Todo bien” , del “Quedate piola” y del “No te metás”, en el que, de un modo infortunado, hay gente que, se ha hecho y se hace rica, sin trabajar, y contrariamente, siempre pierde, se perjudica, y hasta concluye, fundida y sin un peso, la persona buena, honrada y laboriosa, que trabaja, víctima constante, indefensa e inocente, de las crisis económicas, los procesos inflacionarios, los ajustes y recortes, los incrementos del dólar y los precios, y las cargas y presiones, impositivas y tributarias. “La Argentina, no tiene salida”, mientras se persista, en el siniestro y nefasto plan de la llamada “Patria financiera”, con las especulaciones bursátiles y cambiarias, el negociado y la guita fáciles, las elevadas tasas de interés bancario, y el astronómico y fabuloso endeudamiento externo; en beneficio lucrativo, de unos pocos privilegiados, y para la patética marginación social, la dramática miseria, la recesión, la desocupación y, el mayor empobrecimiento e indigencia, de las clases medias y populares, los sectores obreros y la gente trabajadora. Hoy, más que nunca, debemos recuperar, los nobles y aleccionadores ejemplos, modelos o paradigmas, de vida; los principios éticos y los valores morales, humanos, patrióticos y espirituales; como asimismo, la mentalidad, la conciencia y, la sagrada cultura del trabajo, el esfuerzo, el estudio, la educación y la enseñanza. Debemos recobrar, la vieja y entrañable Patria del Trabajo, las actividades productivas, el pujante desarrollo, el crecimiento, el mayor progreso y, el bienestar general y colectivo. No podemos aguardar resultados distintos, haciendo siempre lo mismo, pues, bien lo señalaba, el destacado filósofo y escritor, Jorge Santayana: “Los pueblos que olvidan su pasado, están condenados a repetirlo”. Los Hombres, al igual que los árboles, se conocen y aprecian por sus propios frutos, y para que triunfe el mal, sólo se necesita que los buenos no hagan nada, a fin de impedirlo. Hay una senda, única y posible: El camino de la Educación, la Honradez y el Trabajo. Fuera de él, ni hoy, ni mañana, ni nunca, la Argentina, jamás tendrá salida…
La Argentina sin salida, por el procurador Carlos Armando Costanzo, fundador y director-organizador, del Archivo Literario Municipal y el Salón del Periodismo Chivilcoyano, y miembro correspondiente, de la Academia de Folklore de la Provincia de Buenos Aires y la Academia Porteña del Lunfardo.
Che, huevón, hoy te bato, con realismo, esta justa fulera y presentida: El país, ya no tiene más salida, y en la lona, aquí está, frente al abismo… Nos chaparon, de pronto, el pesimismo, el bajón, la malaria de la vida…; tipos chorros, ganaron la partida, y perdimos el posta patriotismo… Nos quedamos, sin guita y sin valores, remanyando los tristes sinsabores, y bancándonos, esta dura cruz… Muy atenti, cazá mi fiel mensaje, porque así, nos debemos ir de raje, y que el último, apague bien la luz. Quiera Dios, que algún yorno del futuro, – te la tiro, che, flaco, de una vez -, encontremos el rumbo del laburo, la parola fraterna y la honradez.